Es el mayor miedo de un doctor, infectar a su familia
Médico que combate el coronavirus en Durango

Menciona que es complicado porque por los tratamientos psiquiátricos es conocer los síntomas, dado que no todos los internos utilizan el lenguaje oral.
“Muchos de nuestros pacientes crónicos, es decir, que ya viven ahí desde hace muchos años, son pacientes que no se comunican verbalmente, uno más bien tiene que aprender a conocerlos para saber por lo que está pasando”.
Indica que en el momento de notificar a una persona que ya está infectada, es como una sentencia de muerte y comienza el trabajo de convencerlos de seguir con el tratamiento indicado por las autoridades de salud.
“Son pacientes que no están muy conscientes de su enfermedad. Uno de nuestro pacientes, el que más grave ha estado, estaba acostadito, se ponía renuente porque no quería que le pusiéramos las puntillas, que la mascarilla, se la poníamos y se la quitaba. Pero a la vez, no le podíamos poner algún medicamento para tranquilizarlo porque podíamos deprimir su sistema respiratorio. Sí ha sido un reto tratar a un paciente psiquiátrico”.
En el caso de Pascualito, fallecido el martes por la tarde era de los más queridos dentro del Hospital porque a todos les decía: “amigo”. Mi amiga doctora, mi amiga enfermera.
“De repente, de un día para otro se nos fue. Antes de un fin de semana se nos avisó que estaba muy tranquilo: don Pascual no es así, no es tranquilo, él siempre se levanta a caminar y ahora no quiere. Se le revisó y al checarle la saturación ya no era normal. Se toma la muestra y en la noche ya sabíamos que era positivo, se va al área covid, y en el fin de semana se comienza a deteriorar y el lunes ya no lo vieron bien, y con los medios para mantenerlo tranquilo ya no funcionaron. A los tres días fue intubado. Y fallece”.